Coronando un inmenso atolón rocoso, semejante a un navío embarrancado, se levanta una diminuta y hermosísima ermita románica en el pueblo de San Pantaleón de Losa. Con la silueta de la Sierra Salvada al fondo, y en un paraje natural que respira espiritualidad y sensación de secretos ocultos. Un fuerte telurismo parece impregnar toda la zona y el sentimiento que se tiene al pisarlo de que nos hallamos en un lugar cargado de poder es de una fuerza poco frecuente. Una inscripción conservada en uno de los muros del templo nos informa de que el obispo Don García de Burgos consagró la ermita en el año 1206. Aunque dicho acto revistió las solemnidades dedicadas a una basílica y el edificio se cuenta entre los más importantes monumentos románicos, tiene un tamaño reducido. De hecho, su acceso sólo es posible a pie, tras remontar un empinado sendero.
La portada es uno de los elementos más atractivos y originales de este monumento: un gigantón y un enorme zigzag, a modo de columnas, soportan los numerosos arcos de medio punto que configuran la arquivolta exterior. Son muchas las explicaciones que se han dado de ambas representaciones iconográficas. El gigantón o... Leer más ...