En San Sebastián, capital de la isla, la Torre del Conde atestigua la escala de aquella primera expedición colombina. En el interior de la isla, el parque nacional de Garajonay atesora un secreto de incalculable valor natural, sus bosques de laurisilva, con más de 65 millones de años de historia.
La Gomera, declarada reserva de la biosfera por la Unesco, es todo magia. Surcada por vertiginosos barrancos, fértiles valles, palmerales de exótica estampa y caseríos de cuidada arquitectura tradicional, la isla ofrece una personalidad propia, diferente, llena de pequeños detalles que enamoraron al mismísimo Cristóbal Colón antes de partir hacia el descubrimiento del nuevo Mundo.
Los Cristianos, prácticamente unido a Playa de las Américas, cuenta con una amplia playa de arena dorada frente al muelle que permite enlazar con La Gomera y El Hierro, y conserva aún hoy una actividad pesquera de cierta importancia.
Desde el puerto parten numerosas excursiones en diferentes embarcaciones, tanto de recreo como de pesca. Frente a esta banda costera existe una colonia de calderones o ballenas piloto.
Existen numerosos bares y restaurantes cerca de la playa; un paseo peatonal nos permite adentrarnos en el pueblo, mientras que otro va bordeando la costa en dirección a la cercana montaña de Guaza.