Bajo el Puerto se encuentra la localidad de Cuevas del Valle, crecida quizá a partir de edificaciones relacionadas con la cañada. Es el pueblo más alto y frío del Barranco. Al Este del Puerto se levanta la árida Sierra de Villarejo, y en sus faldas, la localidad de Villarejo del Valle, pequeño pero pintoresco y bastante bien conservado. Las cumbres del Barranco que cierran el valle por su lado oriental limitan el término de San Esteban del Valle, localidad de la que parte una sinuosa carretera de montaña que asciende hasta los puertos de Serranillos y de Pedro Bernardo. Y por fin, al sur del valle y por tanto con orientación al norte, la localidad de Santa Cruz del Valle. Se encuentra encajonada en un pequeño vallecito al pie de la imponente pero suave orografía del monte de La Abantera.
En el propio muelle pueden encontrarse restaurantes y tiendas de moda, así como artículos náuticos. También hay un supermercado que permite a los usuarios del puerto abastecer su barco sin alejarse de los pantalanes, así como una lavandería autoservicio para mayor comodidad.
La Palma está ubicada en Santa Cruz, la capital de la isla, en la costa este. Está situada muy cerca del centro de la ciudad y de las zonas comerciales, pero también de su casco histórico.
Además, parten desde él varias líneas regulares de diferentes navieras hacia Gran Canaria y hacia la España continental. Amarran en este puerto cruceros de distintas navieras.
Una vez hemos descansado, podemos seguir nuestro paseo por la calle Quintana , donde encontraremos un agradable parque al lado de la iglesia de Nuestra Señora de la Peña de Francia, el Hotel Marquesa, una de las primeras casas destinadas a uso turístico , el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias, la Iglesia de San Francisco y la Ermita de San Juan.
Y así llegamos a la fascinante Plaza del Charco, de la cual se dice haber sido siempre centro de reunión. Su nombre se debe a que antiguamente llegaba la marea hasta aquí, por la cercanía de la plaza con el puerto. En el centro hay una gran pila con su ñamera (planta tropical), y todo está rodeado por laureles de indias y palmeras, que hacen de la plaza un agradable lugar para descansar. Su paseo está lleno de tiendas y restaurantes que por las noches proporcionan románticas veladas con música de boleros.
A tan sólo un paso tenemos el puerto, dominado por la imagen de la Virgen del Carmen, patrona de los marineros, en la Iglesia de Ntra. Sra. de la Peña de Francia. Fue esculpida en 1.954 y es la más venerada de las Islas Canarias, ya que más de 30.000 personas de todos los puntos del archipiélago, acuden cada año a su... Leer más ...
El proyecto primitivo hubo de ser reformado ya que las obras debían desarrollarse simultáneamente pues no había otra forma técnica de llevarlas a cabo. Se revisan también los precios y el volumen total de la inversión asciende a la cantidad de doscientos noventa y tres millones de pesetas (aproximadamente 1.761.000 €). En el resto del complejo, hay aspectos internos que merecen destacarse como la sala de bombas para proceder al llenado y vaciado del lago. El primero se hacía en un periodo de 6 horas extrayendo el agua del mar y accediendo al lago a través de surtidores de unos treinta metros de altura. Las mismas bombas sirven para la operación de vaciado.
Este ferrocarril se construyó con el propósito exclusivo de transportar el mineral, decisión motivada en parte por la escasa población de la zona atravesada. La línea recorría un trayecto de 47 Km entre Tharsis y el embarcadero del Puntal de la Cruz, en Corrales, en la ria del Odiel frente a Huelva, con un desnivel entre ambos extremos de 223,54 m., a pesar de lo cual, se realizó con ocho contrapendientes, en el sentido de circulación de los trenes cargados, Tharsis-Huelva, una de ellas tan importante que exigía doble tracción o fraccionamiento de los trenes en un corto trayecto, situación que fue corregida en 1881.
Salvo este detalle, corregido con posterioridad, la línea se construyó sin escatimar en gastos. Se expropió una anchura de 20 mts. y la explanación se realizó con una anchura que hubiera permitido doble vía. Hubo que construir sólo un tunel, para acceso a la zona del criadero norte, en Tharsis, y siete puentes metálicos, siendo el más largo de 47,76 mts. sobre el río Meca y otros menores sobre los arroyos de Sn Bartolomé, Prado, Multa, Alamo, Medio Millar y Fraile, para el que se utilizaron pilotes de fundición... Leer más ...
Al norte de Tenerife, en el valle de la Orotova, encontramos la ciudad más romántica de la isla, el Puerto de la Cruz.
Aunque es el municipio más pequeño de las Islas Canarias, con tan sólo 8,2 km2, no nos decepcionará. Es una ciudad para pasear y perderse por sus calles admirando sus típicos balcones canarios y pararse a lo largo del camino en multitud de pequeños y románticos rincones, muchos de ellos con vistas al Atlántico.
La Avenida de Colón es bastante animada, y está llena de terrazas y tiendas. Cerca de allí, en la avenida del mismo nombre, se encuentran los Lagos Martianez, diseñados por César Manrique, con siete piscinas y un gran lago de agua salada, donde podréis pasar un gran día. Por la noche, se transforma con su espectáculo de luz y agua, con una enorme fuente central con chorros de agua de colores, además os podréis tomar una copita en el pub o jugar en su casino.
Si seguimos por el Paseo de San Telmo disfrutemos de unas fantásticas vistas del mar, y podremos bañarnos en una pequeña playa de origen volcánico, normalmente, muy concurrida, y finalmente relajarnos en el mirador... Leer más ...
Lago Martianez, Puerto de la Cruz, Santa Cruz de Tenerife
La ordenación urbana de la costa de Martiánez arranca de la aprobación del Plan General de Ordenación Urbana el 17 de octubre de 1958. El sector de Martiánez, en numeros redondos, ocupaba una extensión superficial de 66.000 metros cuadrados. El proceso de construcción, en el orden político y administrativo, tiene sus antecedentes en la iniciativa de los hermanos Fernández Perdigón, en colaboración con el ayuntamiento, siguiendo un sistema de cooperación. El volumen edificado y la densidad de habitantes por hectárea indujeroan al consistorio de entonces a encontrar una zona de expansión, tanto par ala población residente como para la turística, quepaliara los efectos de lo realizado urbanísticamente en Martiánez. Ello motivó que se centrra la atenciónenla zona marítimo-terrestre aprovechable en unos 50.000 metros cuadrados, sobre los que se iba a actuar en el futuro.