Aunque la envergadura de las sucesivas edificaciones realizadas en la cima han ocultado o destruido los niveles más antiguos, los restos arqueológicos permiten confirmar la existencia de un primer asentamiento durante la Edad del Bronce.
En la Época Ibérica, algunos restos de cerámica corroboran que la cima continuó siendo habitada estableciéndose en ella una importante población de la que apenas quedan vestigios. No podemos olvidar que este asentamiento es el conocido como Segóbriga, aunque existe cierta polémica sobre esta cuestión, no obstante debemos dejar constancia del significado de la raíz Seg- que según modernos autores equivale a la palabra germánica Sieg- la cual tenía significado de Victoria o Fuerza, condición que subraya la hipótesis apuntada en cuanto a las características de la ciudad.
El estratégico enclave de Segorbe , junto al río Palancia, en la ruta natural que une la costa con las tierras altas de Teruel y sobre un amplio risco, el cerro de Sopeña, que se adentra hacia el valle, fertilizado por abundantes fuentes y manantiales, han convertido este cerro a lo largo de la historia en foco de culturas y solar de la población. Su forma amesetada, con pronunciadas pendientes que facilitan una defensa perfecta contra posibles enemigos y su dominio del valle que lo circunda, hacen de esta elevación una inmejorable posición estratégica, lo que determinó que la cima fuera ocupada de forma permanente desde la Prehistoria.