La luz transparente de los cielos casi portugueses, cálidos y un poco mediterráneos de esta comarca fronteriza le hacen ajeno al cercano carácter castellano y mesetario, frío y llano, y le añaden la belleza de los vivos colores de la tierra y la piedra de sus casas. Colores contrastados, sombras muy marcadas y el vacío occidental al que se asoma el pueblo de forma casi inmediata. Vilvestre es un pueblo amplio y generoso, que aun contando en la actualidad con apenas seiscientos vecinos, llegó a acercarse a los 2000 durante el siglo XX.
Vilvestre es uno de los grandes pueblos de la raya entre Salamanca y Portugal. Su mejor tarjeta de presentación pasa por su papel como mirador sobre el paisaje soberbio y mágico de los Arribes del Duero. No en vano da acceso a uno de los puertos fluviales desde los que zarpar para conocer el cañón del Duero. Es un pueblo remoto y un tanto extraño.