Sus habitantes huyeron a Chugüilá, nombre maya que significa «sobre las chichicastes», o lo que es lo mismo, sobre las ortigas. Planta, que por cierto, los antiguos mayas utilizaban para efectuar castigos corporales. Fueron los mexicanos quienes bautizaron más tarde a la ciudad como Chichicastenango, aunque los mayas quiché la siguen llamando por su nombre original y casi todos la conocen como Chichi. Chichicastenango es una de las ciudades más peculiares que se pueden visitar al viajar a Guatemala. En ella siguen tan arraigadas las tradiciones como en pocos lugares del país. Existe en la ciudad una mezcla de fe católica y maya. Los masheños, naturales de Chichi, son fieles a sus creencias y siguen realizando las ceremonias que ya celebraban antes de la llegada del cristianismo.
La segunda ciudad que conocimos en Guatemala fue Chichicastenango. Atrás quedó Antigua, sus calles empedradas, sus conventos en ruinas y sus casas de colores. Poníamos rumbo al norte para atravesar valles y montañas antes de llegar a la ciudad que acoge el mercado más famoso del país.
Esta ciudad cuyo mercado atrae a multitud de viajeros fue fundada cuando en 1524 los españoles conquistaron Q’umarkaj, la antigua capital del reino de los mayas quiché.