Si se dedica a caminar por las calles, contagiándose del ambiente de calma. Sin querer, llega a la Plaza Urquiza, donde se levantó el primer monumento dedicado al caudillo entrerriano Justo José de Urquiza. El Viajero está segura que el lugar se engalanó para esperarle a él, pero en realidad debería darse cuenta que es domingo, y es por eso que la gente se reúne en sus bancos, se arrima a los puestos de venta de artesanías y espera por un recital que está punto de comenzar.
Coronda es más grande de lo que mucha gente cree. Lejos de ser el típico pueblo de aires coloniales, la “Capital Nacional de la Frutilla” se erige como una ciudad moderna, de calles limpias y entorno natural. Sus habitantes son cordiales y en seguida le indican a la joven todo lo que puede conocer en las inmediaciones.