El objetivo del artista Marcelo Orellana Rivera para su proyecto de tesis de Bellas Artes era poder llevar esta leyenda a un objeto. Un objeto que inmerso en el paisaje contarÃa la historia que se ha transmitido de generación en generación a todo aquel que llegase a ese majestuoso lugar.
Cuenta la leyenda que en los acantilados de Cucao, además de los sonidos producidos por el mar, se escuchan los lamentos y súplicas de las ánimas en pena que esperan en el Muelle de las Almas al balsero Tempilcahue para que las lleve al descanso eterno.
Cuenta además la leyenda, que si una persona llega a escuchar a las Ãnimas de Cucao, no debe tratar de comunicarse con ellas y nunca llamarlas con el nombre de «Ãnimas de Cucao» ya que si lo hace, transcurrido un año la muerte lo buscará para ser un nuevo espÃritu en busca de su balsero.<br>