Para probar sus efectos se usaban conejos que, al terminar la guerra, fueron puestos en libertad. Hoy en día merodean por toda la isla y se han convertido en un atractivo turístico.
La llamada "isla de los conejos" fue utilizada por los japoneses en la 2ª Guerra Mundial para hacer ensayos con gases tóxicos para su posible uso en combate.