Una joven árabe israelí, soltera, residente en Jerusalén, frecuenta las noches de Ramala. "Es una ciudad animada e internacional, y suele haber fiestas; además es más barata y más divertida que Jerusalén"
Oualid Husseini, propietario del Zaman, un concurrido café en el centro de Ramala, atiende a unos 600 clientes diarios ("locales", precisa, "en general estudiantes universitarios y jóvenes profesionales; no buscamos clientela extranjera, aunque tengamos alguna")