El destino de los barcos de guerra es la de perecer en combate, hundidos por diversas contingencias, o desguazados como chatarra. Pero por fortuna, algunos de ellos quedan preservados como museos o monumentos, para que sean contemplados como objetos vivos de una historia.
A diferencia de los barcos de superficie, la Armada Española ha preservado algunos submarinos: El submarino prototipo de Isaac Peral, los dos submarinos serie Foca, los dos serie Tiburón y uno de la Clase Daphne.
El submarino Peral está en fase de remoción de su último lugar para incorporarlo adecuadamente en el Museo Naval de Cartagena junto a las otras unidades existentes en la Base de Submarinos.