Como no podía ser de otro modo, la Muralla de Montblanc es la atracción principal de la villa tarraconense. Se trata de un recinto del siglo XIV, excelentemente conservado y formado por un conjunto de torre, portales y puertas de paso. Por ello, es imprescindible subir a las torres para disfrutar de las espectaculares vistas panorámicas de la población, así como pasear por el paso de ronda.
La Catedral de diferentes estilos (s. XI-XVII), conserva elementos del primer edificio románico (claustro, torre de Carlomagno). El elemento más espectacular es la nave, el espacio abovedado más ancho del mundo.