Aigues Mortes es el primer puerto mediterráneo cronológica e históricamente hablando en la construcción de la nación francesa.
En 791 , Carlomagno erigió la torre Matafère en medio de pantanos, para la seguridad de los pescadores y los salineros en una zona que fue la antigua colonia griega, y posteriormente romana, de Aquae Mortuae, debido a las aguas muertas de las numerosas marismas y pequeñas lagunas que rodeaban el entorno de las salinas. Era una torre vigía, o de alerta, en comunicación con la torre Magna de Nimes en previsión de las frecuentes incursiones sarracenas. El dominio de las tierras, e incluso de la torre, le fue concedida a un rico monasterio de Benedictinos de la diócesis de Nimes denominado Abadía Psalmodi.
En 1240 , Louis IX de Francia, posteriormente San Luís, accedió al control de una porción de la costa mediterránea, entre el Rosellón y la Provenza, comprendida aproximadamente entre los actuales Port Leucate y la desembocadura del canal de Recul, en el Rhone Vif, al este del cabo de l’Espiguette.
El rey interesado en poseer un puerto de su exclusivo dominio en el Mediterráneo con vistas a la organización de futuras cruzadas, negoció con... Leer más ...
La arena de Nimes es uno de los anfiteatros romanos mejor conservado. Hoy es usado para recreaciones históricas, como plaza de toros y para conciertos.
En el cada año se recrean los Grandes Juegos Romanos, una recreación histórica de los que se celebraban durante el periodo romano en la villa y en la que participan cientos de figurantes con trajes de la época.
El anfiteatro fonstruido por el emperador Augusto, tiene un ruedo elíptico de 133 m de largo y 101 m de ancho. Está rodeado por 34 gradas, sustentadas por una construcción abovedada. Tiene capacidad para 16.300 espectadores.
A lo largo de la historia ha tenido diferentes usos: por ejemplo como fortaleza e incluso albergó un pequeño barrio antes de ser recuperado a su aspecto original.
Una buena forma de integrar el pasado con la actualidad, y seguir disfrutando de su utilidad original. Al fin y al cabo, es un lugar público de reunión.
La arena de Nimes es uno de los anfiteatros romanos mejor conservado. Hoy es usado para recreaciones históricas, como plaza de toros y para conciertos.
En el cada año se recrean los Grandes Juegos Romanos, una recreación histórica de los que se celebraban durante el periodo romano en la villa y en la que participan cientos de figurantes con trajes de la época.
El anfiteatro fonstruido por el emperador Augusto, tiene un ruedo elíptico de 133 m de largo y 101 m de ancho. Está rodeado por 34 gradas, sustentadas por una construcción abovedada. Tiene capacidad para 16.300 espectadores.
A lo largo de la historia ha tenido diferentes usos: por ejemplo como fortaleza e incluso albergó un pequeño barrio antes de ser recuperado a su aspecto original.