Esta particularidad tiene más que ver con una complicidad entre oficiales que, por un módico soborno, y dueños para dejar los barcos pesqueros (y de otra Ãndole) encallados en la costa. AsÃ, ya suman 300 los que descansan en la orilla de Nouadhibou y, por ser tantos, ya se han convertido en toda una atracción turÃstica para la zona.
Aunque pueda parecer raro para las personas que somos de tierra firme, puede ocurrir que los dueños de los barcos quieran abandonar a su suerte (y deliberadamente) a sus gigantes de acero en una costa cualquiera. La razón se cuenta en billetes (muchos billetes) y se llama algo asà como “cobrar segurosâ€. AsÃ, con el visto bueno de las autoridades, el paisaje azul de esta playa está poblado de esqueletos oxidados.
Hombre si todos esos cayucos fuesen a venir a España... esto pareceria el desembarco de Normandia. Lo cierto es que el lugar es impresionate.
Son cayucos en el puerto de Nouadhibou, uno de los mas importantes puertos pesqueros de Africa del Oeste (base por cierto, de una gran flota de barcos españoles). Y otra curiosidad, en toda la bahia al sur de ese puerto (Banc de Argin) esta prohibido pescar con barcos a motor (si con barcos de vela). Es un parque natural con una incrieble cantidad de vida marina y aves migratorias.