El período de Gondar se caracteriza por el aislamiento internacional de Etiopía, motivado por los incidentes que desembocaron en la expulsión de los jesuitas.
El emperador Fasiladas el Grande (1632-67) trasladó a la ciudad de Gondar, al norte del lago Tana, la capitalidad del reino, por lo que se habla en la historia de Etiopía de un "período de Gondar", que duraría hasta el año 1769.