...las prósperas tierras del Guadalquivir, con sus populosas ciudades. Hacía ya más de un siglo que al-Andalus había perdido su independencia y se había reducido a mera provincia de un imperio beréber norteafricano, primero almorávide y después almohade. La conquista cristiana era sólo cuestión de tiempo. En 1195 los almohades habían derrotado al rey de Castilla en Alarcos, cerca de la actual Ciudad Real, pero diecisiete años después el mismo rey preparaba la revancha y se mostraba más agresivo que nunca. En 1211 Alfonso VIII consiguió del papa Inocencio III que declarara Cruzada su próxima campaña contra los almohades. De este modo se aseguraba que sus otros enemigos, los reyes de León y Navarra, no aprovecharían la ocasión para atacar sus desguarnecidas fronteras del norte, a no ser que quisieran incurrir en excomunión. La declaración de Cruzada podía atraer, además, voluntarios de toda la Cristiandad, deseosos de redimir sus pecados con esta versión cristiana de la Guerra Santa islámica. En Marraquex, la capital del imperio almohade, no eran ajenos al rearme cristiano. El nuevo sultán o miramamolín, Al-Nasir, hijo del vencedor de Alarcos y de la esclava cristiana Zahar... Leer más ...
...la anciana madre del primer emperador cristiano, Santa Elena, después de hallar milagrosamente en la colina del Gólgota, la Vera Cruz, se preocupó por asegurar a la veneración de los fieles también los despojos mortales de los Reyes Magos, los cuales hasta entonces habían permanecido dispersos, y los hizo trasladar de Persia a la ciudad que ya llevaba el nombre de su hijo, Constantino el Grande. En Constantinopla los huesos fueron puestos en un gigantesco sarcófago de granito, y permanecieron allí hasta el reinado del emperador Manuel, en tiempos de la Segunda Cruzada, en el siglo XII.
Medio siglo después, el obispo de Milán, San Eustorgio, religioso noble de origen helénico, visitó Constantinopla para que el emperador le permitiera aceptar su reciente nombramiento. El emperador le regalo los cuerpos de los tres reyes, y traslado las veneradas reliquias hasta la lejana sede de su diócesis. Para ello adquirió dos robustos bueyes y un carro, hizo cargar sobre éste el sarcófago y emprendió la marcha. Relata la leyenda que la misma estrella que siglos antes había señalado a los Reyes el camino de Belén, resplandecía en la ruta de San Eustorgio, y lo guió a todo lo largo del... Leer más ...
Es una historia espeluznante, pero cierta. Tan cierta, como que la contaban con regocijo los propios participantes.
A Pedro, el reconocimiento de su "santidad" le llego mas tarde. Tiene alguna estatua en su ciudad (Amiens) y creo que un parque. Ademas alguna orden religiosa radical actual, le dedica algunas alabanzas como modelo inspirador.
La verdad es que al lado de este: Santiago "matamoros"... era un angelito.
Pedro el hermitaño, o San Pedro de Amiens, fue un predicador exaltador de masas de la Edad Media, que organizo la llamada cruzada de los pobres.
Tras la caída de Nicea (actual Iznik) en manos musulmanas, se produjo una reacción en Europa, alentada por el Papa Urabano II.
Pedro era un hombre sin cultura, pero que con un discurso antisemita y violento encandilo a las masas y consiguió reunir un fervoroso ejército de unos 40.000 personas pertenecientes a las clases humildes y sin cultura en su mayoría y que incluía bastantes mujeres y niños.
En mayo de 1096 emprendieron la marcha y llegaron a Constantinopla, no sin antes dejar bastantes poblaciones saqueadas y haber causado algunas matanzas de judíos a su paso por distintas ciudades y territorios de reinos cristianos. Por ejemplo fueron expulsados de Hungría tras perpetrar varias matanzas y saqueos.
El emperador Alejo Comneno, puso todo su interés en que los cruzados (mas bien un ejercito de harapientos y maleantes) cruzaran el Bosforo, aunque les aconsejo que esperasen a los ejércitos de la nobleza... Leer más ...
...las prósperas tierras del Guadalquivir, con sus populosas ciudades. Hacía ya más de un siglo que al-Andalus había perdido su independencia y se había reducido a mera provincia de un imperio beréber norteafricano, primero almorávide y después almohade. La conquista cristiana era sólo cuestión de tiempo. En 1195 los almohades habían derrotado al rey de Castilla en Alarcos, cerca de la actual Ciudad Real, pero diecisiete años después el mismo rey preparaba la revancha y se mostraba más agresivo que nunca. En 1211 Alfonso VIII consiguió del papa Inocencio III que declarara Cruzada su próxima campaña contra los almohades. De este modo se aseguraba que sus otros enemigos, los reyes de León y Navarra, no aprovecharían la ocasión para atacar sus desguarnecidas fronteras del norte, a no ser que quisieran incurrir en excomunión. La declaración de Cruzada podía atraer, además, voluntarios de toda la Cristiandad, deseosos de redimir sus pecados con esta versión cristiana de la Guerra Santa islámica. En Marraquex, la capital del imperio almohade, no eran ajenos al rearme cristiano. El nuevo sultán o miramamolín, Al-Nasir, hijo del vencedor de Alarcos y de la esclava cristiana Zahar... Leer más ...