Galle ofrece un ejemplo sobresaliente de un conjunto urbano que ilustra las interacciones entre la arquitectura europea y las tradiciones de Asia del Sur del siglo XVII al XIX. Entre las características que hacen de este un conjunto urbano un valor excepcional se encuentra el sistema de alcantarillado original del siglo XVII, enjuagado con agua de mar controlada por una estación de bombeo anteriormente activada por un molino de viento en el bastión Tritón.
En el suroeste de Sri Lanka y a 100 km al sur de Colombo, Galle es una ciudad del océano Indico. Está construida sobre una península rocosa que alberga un puerto natural cuyo acceso es delicado, debido a arrecifes coralinos. La península se extiende de norte a sur. Dentro de la muralla fortificada de 3 km, el trazado urbano tiene el aspecto general de un damero que, no obstante, se desvía al aproximarse a la muralla (este y oeste) para seguir la orientación de la misma. Bajo la dominación de los holandeses, en 1669, ya está fijado lo esencial de dicho trazado.
En Asia los holandeses se prodigaron más llegando a ser el principal problema de España en aquella época.
Básicamente se instalaron en Ceilán-Sri Lanka (le arrebataron todas las posesiones a los portugueses) y en Indonesia, con los elementos folklóricos de Taiwan (en dura pugna con España) y el enclave de Dejima que durante siglos fue el único punto de unión entre Japón y el resto del mundo.
A destacar sobre todo la Ciudadela de Galle que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad.