Menuda panzada de picar piedra... para evitar dar la vuelta a la península.
Dados los antecedentes del desastre de la flota en Monte Athos, la superstición, que lleva siempre implícito el miedo, atribuiría poderes maléficos a dicho lugar, cuyo paso podría ser considerado como hecho enojoso para el dios Poseidon. Y como la navegación entonces era siempre costera, o rodeaba la península, o la tajaba; ¡así con un par!
Por otra parte, es verdad que si observamos la geografía y la climatología en el lugar de Monte Athos, nos encontraremos con circunstancias que hacen adversa la navegación por aquellas aguas.
La península tiene una costa escarpada llena de farallones que se agrandan al pié del monte. Los vientos dominantes del lugar tienen un origen ENE por lo que inciden perpendicularmente sobre la costa oriental de la península. Las corrientes marinas vienen a incidir también directamente sobre dicha costa y sobre el cabo peninsular.
Por tanto, una tempestad extra en el lugar, empuja inevitablemente los barcos, a merced de los elementos, a ser destrozados en las rocas.
Y como el miedo guarda la viña...pues a... Leer más ...
Menuda panzada de picar piedra... para evitar dar la vuelta a la península.
Dados los antecedentes del desastre de la flota en Monte Athos, la superstición, que lleva siempre implícito el miedo, atribuiría poderes maléficos a dicho lugar, cuyo paso podría ser considerado como hecho enojoso para el dios Poseidon. Y como la navegación entonces era siempre costera, o rodeaba la península, o la tajaba; ¡así con un par!
Por otra parte, es verdad que si observamos la geografía y la climatología en el lugar de Monte Athos, nos encontraremos con circunstancias que hacen adversa la navegación por aquellas aguas.
La península tiene una costa escarpada llena de farallones que se agrandan al pié del monte. Los vientos dominantes del lugar tienen un origen ENE por lo que inciden perpendicularmente sobre la costa oriental de la península. Las corrientes marinas vienen a incidir también directamente sobre dicha costa y sobre el cabo peninsular.
Por tanto, una tempestad extra en el lugar, empuja inevitablemente los barcos, a merced de los elementos, a ser destrozados en las rocas.
Y como el miedo guarda la viña...pues a picar... Leer más ...
Durante la Primera Guerra Médica, del 492 a. C., Mardonio, yerno del rey persa Darío, cruzó el Helesponto a bordo de sus navíos para conquistar Atenas. Desde Tasos bordeó las costas de Tracia hasta Acanto, de donde zarpó para doblar la península de Acté, en la que está el Monte Athos. Pero allí fueron sorprendidos por una violenta tempestad huracanada que les empujó contra los acantilados. Según Heródoto, 300 naves naufragaron y 20.000 hombres perecieron.
En la Segunda Guerra Médica de los años 480 a 479 a. C., el rey Jerjes I, heredero de Darío, que pretendía conquistar toda Grecia, organizó una invasión a gran escala, lo cual requería una planificación a largo plazo, acopio de suministros y reclutamiento intensivo. Así para permitir el paso de su ejército y flota, decidió construir un puente en el Helesponto.
De igual manera, y teniendo en cuenta lo sucedido a Mardonio anteriormente, ante el temor supersticioso de que su propia flota pudiera sufrir la misma desgraciada contingencia doblando la península, de solo unos 52 km de larga, en la atracción fatal de los acantilados de Monte Athos, decidió construir un canal en el istmo de esa península, de tierra baja y apenas... Leer más ...