En 1944 dos soldados búlgaros que cavaban una trinchera para protegerse de los ataques aéreos, se encontraron una enorme sorpresa: un tesoro del Siglo IV antes de cristo, del periodo helenístico búlgaro: una tumba de un noble tracio.
La tumba está decorada con unos magníficos frescos, los mejor conservados de esa época en el país balcánico y forma parte de una necrópolis tracia.
La tumba es Patrimonio de la Humanidad (UNESCO) desde 1979 y no se puede visitar, sin embargo si se puede visitar un réplica a escala 1:1 situada a tan solo 50 metros de la original.
Os dejo un vídeo de la oficina de Turismo de Bulgaria y una foto que hice hace unos pocos días.
Bueno, el sonido y la narración del vídeo es un tanto extraño...