Situada a pocos kilómetros de Mammoth Lakes, lugar famoso por la volcánica proximidad del Monte Santa Helena, en realidad no se trata de un lago natural sino semi-artificial, originado en 1941 por la construcción de una presa de setenta y cuatro hectáreas en el río Owens y destinada a surtir de agua a Los Ángeles y su entorno. El nombre hace referencia a John J. Crowley, un personaje local que convenció a los vecinos de la región de que el desvío de aguas no sólo no les arruinaría sino que les abriría un nuevo nicho económico gracias al lago: el turismo.
A veces la Naturaleza se empeña en hacer labores de arquitecto o de diseñador de producción de alguna película fantástica y nos regala formaciones geológicas que parecen salidas de la mente de Gaudí o servirían de decorado de una ciudad futurista. Es el caso de la columnata del lago Crowley, en el condado de Mono, California (EEUU).