He de reconocer que la primera vez que vi una foto del Oeschinensee trasteando por Instagram me quedé fascinada. No me podía creer que un sitio tan guapo existiese de verdad, así que se me encendieron todas las alarmas que me animaban a cuestionar que fuera real.
A uno de los lagos de montaña más bonitos y más impresionantes se llega con la telecabina que sale de Kandersteg y que también llega al punto de partida de la excursión que pasa por el Hohtürli hasta el valle de Kien. Durante 60 años se subió hacia el lago Oeschinen en telesillas para dos personas en los que se viajaba de lado con vistas directas al Doldenhorn. Hoy en día se utilizan modernas y coloridas cabinas de ocho plazas. Hasta el lago hay un paseo a pie de 25 minutos que también puede realizarse en taxi-bus eléctrico.