Hoy en día mantiene Laguardia el urbanismo típico de los pueblos medievales, tres calles principales, estrechas y alargadas, atraviesan la población de norte a sur. Se unen entre ellas por callejas o plazas y la población se ciñe con una monumental muralla.
Todo el pueblo se encuentra horadado por bodegas o cuevas familiares que hacen que sus calles sean totalmente peatonales.
Laguardia, al sur de la provincia de Álava, ocupa un lugar privilegiado dentro de Rioja Alavesa. Su ubicación en la parte central de la comarca, dominando el valle, responde al talante guerrero de su fundador y a la misión defensiva que tuvo del reino de Navarra.
El núcleo de población se encuentra en un caprichoso altozano que simula el casco de un navío navegando hacia el norte.
Siendo exactos, más que Labraza debemos decir “San Cristóbal de Labraza”, que así fue como llamó a esta primitiva aldea el gigantesco rey de Navarra Sancho VII el Fuerte en el año 1196, cuando le confirió el título de Villa, minúscula pero tan villa como su madre Laguardia de la cual la desgajaba, con sus aldeas (Gorribusto, Castellón, Expisano, Cerrán), con su castillo y demás complementos. En total, supone la jurisdicción 28 km2, aproximadamente el 7% de la comarca sonserrana.