En el interior de la madraza hay una escultura que representa a varios sabios en una discusión científica, incluso con un globo terráqueo. Mientras estamos allí se nos acerca un policía para “ofrecernos” subir a uno de los minaretes. Según él se disfruta de un panorama precioso. No está muy claro cómo de precioso será el panorama cuando alrededor no hay nada digno de mención y la plaza está a un nivel bastante más bajo que la avenida Registan que está al lado.
Mirando de frente, a la izquierda está la madraza de Ulugh Beg, madraza construida durante el reinado del nieto de Tamerlán en 1420. Para su construcción se necesitaron sólo tres años. Aquí, Ulugh Beg estudió matemáticas, teología, astronomía y filosofía. Ahora mismo la mezquita no se visita, pero sí la madraza con su patio y sus salas (ahora tiendas de recuerdos). Es la original de la plaza ya que las otras dos se construyeron un par de siglos después.