El poderío militar de Villalpando viene de lejos. Durante siglos se ha mantenido que era el lugar donde se asentaba la ciudad vacceo-romana de Intercatia. El territorio local fue asociado con ella por varios historiadores antiguos, aunque hoy parece claro que erraban. Los descubrimientos en Paredes de Navas, Palencia, y la ausencia de restos notables en la villa zamorana sitúan en la primera a la antigua capital prerromana. No obstante, sí se ha probado la existencia de villas romanas y lugares visigodos.
Como ciudad importante, Medina de Rioseco estaba amurallada y tenía su propio castillo allá por los siglos XIII y XIV. Hoy, en el lugar que ocupaba el castillo se encuentra un hermoso parque, pero quedan muchos restos de su muralla como la Puerta de Ajujar o la Puerta de Zamora.
En lo histórico, destacar la figura de los Reyes de León, en especial Fernando II, que favorecieron a la villa con unos fueros que más tarde ratificarían otros monarcas. No han sido muchos los monumentos que han llegado hasta la actualidad pero sí demuestran la importancia histórica de la ciudad, sobre todo a partir del siglo XV cuando el condado pasa a los Pimentel. Además, en esta localidad se encuentran: la Iglesia de Santa María de Azogue, San Juan del Mercado, el Hospital de la Piedad, el Castillo de Benavente y la Casa del Cervato.
La ciudad tuvo gran importancia en el Medievo por ser cruce de caminos, por la importancia de los Condes de Benavente, y por estar situada entre los valles de los ríos Tera, Órbigo y Esla. El ser eje de comunicación entre Castilla, León, Asturias y Galicia ha convertido a Benavente en una relevante ciudad industrial y de servicios.
De origen medieval, desde antiguo se asigna la denominación "aceña" a los mecanismos o ingenios hidráulicos que funcionan en ríos con gran caudal, mientras que se reserva la denominación "molino" a aquellos ubicados en cauces de menor caudal.
Durante la Edad Media era muy habitual la existencia de numerosas aceñas ubicadas en las riberas de los ríos zamoranos, aprovechando la fuerza motriz de las corrientes, sobre todo en la ciudad de Zamora a orillas del Duero. Cinco conjuntos de aceñas todavía subsisten en la ciudad, lógicamente todos ya fuera de uso productivo desde comienzos del siglo XX: son las aceñas de Olivares, Pinilla, Cabañales, Gijón, y Pisones.
El funcionamiento de las aceñas se hacía mediante un desvío hacia una presa o azud que, a su vez, canalizaba el agua hacia las ruedas que movían las muelas para la molienda del trigo.
En sus edificaciones de piedra, son singulares, las formas de espigón o tajamares para canalizar las aguas.
Entre los siglo X y XII pasaron a ser propiedad de la iglesia, algunas de ellas como las de Olivares y Pinilla eran del Cabildo Catedralicio, y así se mantuvieron hasta la desamortización de Mendizábal en el siglo XIX en... Leer más ...
Es muy recomendable visitar Zamora con motivo de la celebración de Semana Santa, fiesta declarada de Interés Turístico Internacional. También es muy agradable visitar los rincones de la ciudad en verano.