Lógicamente toda cosa, aunque sea incongruente, tiene su historia.
La construcción de este castillo se debió a varias causas: La fascinación por África del barón von Wolf (que en realidad no era barón sino un simple capitan), la perspectiva de un gran negocio de cría caballar (que en realidad se creó, aunque fue perdiendo rentabilidad progresivamente), la ambición por aparentar y ascender en la escala social (cabalgando sobre las cabezas sumisas de los pueblos nativos que dominaban) y un innegable buen gusto y refinamiento europeo unido al poder económico de la americana "baronesa" consorte.
De todo, solo queda un castillo enmedio de la nada.