Berlusconi parece ser un hombre de costumbres: cada año, en época de vacaciones, vuelve al mismo lugar. Con su vuelta al Gobierno, Berlusconi visita cada año su residencia veraniega,
Villa Certosa, en Porto Rotondo. En mayo de 2003 declaró al New York Times: ”Hace dos o tres años que no he ido a mi casa de las Bermudas. Lo mismo me pasa con mi casa de Portofino: las cosas me van bien. Teatro, cascadas y búnker".
Porto Rotondo, en el norte de Cerdeña, es una de las localidades costeras italianas más a la moda, frecuentada por la Jet set del país: un trozo de Caribe a menos de 300 kilómetros de la península Itálica, donde Berlusconi es dueño de
Villa Certosa: una residencia de súper lujo de casi 120 hectáreas a la que no le falta un detalle. Si vas al falso anfiteatro de estilo griego con 400 asientos, a la falsa nugara (torre megalítica de piedra típica de Cerdeña), pasando por los falsos dólmenes, puedes atravesar un bosque surcado por un camino laberíntico, un huerto con más de 25 tipos de plantas medicinales, un olivar, un limonar, una rosaleda, un invernadero y otros jardines con plantas exóticas y medicinales (2000 cactus de alrededor de 500 especies diferentes, 850 tipos de hibiscos, 150 palmeras…)
En un capítulo más de la polémica que envuelve a Silvio Berlusconi, el primer ministro italiano consiguió que las fotos de diversas fiestas en las que participó, incluida la de Año Nuevo, no salieran a la luz. Al parecer, mostraban a jovencitas en escenas comprometedoras.