La importancia que ha tenido la pesca de la ballena en la vida de
Bermeo y en su economía se manifiesta de manera evidente en su escudo de armas. La ballena proporcionaba riqueza a Bermeo, pero sin olvidar que su caza era una actividad peligrosa, tanto por el riesgo que suponía su captura, que exigía enfrentarse al cetáceo en pequeñas lanchas, como por la dificultad que suponía atravesar el Atlántico para llegar a Terranova y pasar en aquélla tierra largas temporadas.
En un curso de carpintería de ribera surge la posibilidad de que el ayuntamiento de Bermeo pueda hacerse con un barco destinado al desguace, el “Beti Aita Guria” de Orio, el barco de madera más grande del cantábrico, y al mismo tiempo surge la oportunidad de utilizando planos del siglo XVII construir una réplica de un barco ballenero a partir de la línea de flotación del “Beti Aita Guria”.
El
Aita Guría, atracado en el puerto Artza de Bermeo, es hoy un ballenero del siglo XVII y centro de interpretación de la pesca de la ballena, constituyendo un buen reclamo turístico para el municipio en el que gastó tres millones de euros.
Resultó gravemente dañado en enero de 2010 con la caída de mástiles y está en proceso de reparación, aunque las visitas no se han interrumpido.