Huyendo del acoso a Madrid de las fuerzas sublevadas, en medio de la Guerra Civil, el Gobierno de la II República, se trasladó a Valencia, en noviembre de 1936, con lo que la capital del Turia se convirtió así en capital provisional de la República Española.
Durante la noche del 6 al 7 de Noviembre de 1936 los primeros soldados republicanos tomaban por carretera la ciudad del Turia. Indalecio Prieto, ministro de la Marina y del Aire, fue el primero en llegar y Francisco Largo Caballero, presidente del Consejo y ministro de Guerra, fue el último, acompañados de efectivos de burócratas y administrativos; es decir, todo el sostén humano de la máquina del Estado. En las semanas posteriores, “la España oficial” fue tomando posesión de los mejores edificios vacantes de la ciudad.
A la hora de instalar los distintos ministerios y servicios del Estado se recurrió a la ocupación de palacios de aristócratas o gente adinerada, que o bien se habían dado a la fuga para poner a salvo sus vidas, o bien cedieron sus propiedades para ese fin.
La afluencia de refugiados, intelectuales, burócratas, políticos, asesores soviéticos, brigadistas internacionales, periodistas, delegaciones y diplomáticos extranjeros transformó inevitablemente la ciudad de Valencia en una urbe supersaturada y cosmopolita en cuyas calles abarrotadas se podían oír casi todos los acentos de España y un gran número de lenguas extranjeras.
La vida transcurría en los cafés literarios, teatros, cines y sedes sociales que permanecían abiertos casi las 24 horas del día. Hasta el Consejo Municipal tuvo que poner un poco de orden para evitar la excesiva confusión entre la población con el cambio de los nombres de las calles. Algunos ejemplos: la avenida del Puerto pasó a ser de Lenin; la calle San Vicente recibió el nombre de Largo Caballero; la plaza Tetuán se convirtió en la plaza Roja; la plaza de Cánovas se nombró de Generalitat de Cataluña....
Pero conforme avanzaban los meses, las sirenas sonaban con mayor frecuencia. La eclosión vital de la superficie se apagaba inopinadamente en los refugios subterráneos cuando caían las bombas.
El Gobierno de la República se trasladó a Barcelona el 31 de octubre de 1937. A partir de esa fecha, la lluvia de hierro se intensifica sobre Valencia. Un millar de muertos, 9.000 heridos y edificios destruidos fue la huella de la descorazonadora Guerra Civil.
En el kmz se localizan aquellos edificios que sirvieron como altos centros oficiales de la República, mientras esta tuvo su sede en Valencia.