EL CHALTEN...ó.....FITZ ROY??........ (me quedo con El Chalten)
El poblado El Chaltén, esta ubicado en el Departamento Lago Argentino, margen norte del Lago Viedma, en la confluencia de los rÃos de las Vueltas y Fitz Roy, en el área de Reserva Nacional Zona Viedma del Parque Nacional Los Glaciares.
En este paraje se combinan la magia de los glaciares, lagunas escondidas, estancias, el Lago Viedma, y la magnética presencia del Fitz Roy. La cima de su silueta inconfundible e imponente, se encuentra casi siempre cubierta por una nube que los tehuelches confundieron con humo, error que dio
origen al nombre aborigen del cerro, ya que Chaltén significa volcán.
El pueblo cuenta con alrededor de 200 habitantes y dista de El Calafate 220 km por la Ruta Provincial 11, Nacional 40 y Provincial 23.
Datos Históricos
Fundación:
El 12 de Octubre de 1985, por Ley N° 1771/85 de la legislatura de la provincia de Santa Cruz, constituyéndose en el pueblo más joven de la República Argentina.
El Chaltén surge como un asentamiento poblacional de servicios en un área conflictiva y poco poblada como acto de señorÃo de la Provincia de Santa Cruz sobre su Territorio, con un área de influencia que se amplÃa rápidamente, ya que los inconvenientes limÃtrofes con la vecina República de Chile en la zona del Lago del Desierto, se resolvieron definitivamente en el año 1994 cuando un jurado internacional falló en favor de Argentina. Fue concretamente poblado desde el año 1987 y ha crecido vertiginosamente en población e infraestructura desde entonces. Inmigrantes venidos de distintos lugares de Europa , que inicialmente arribaron a Punta Arenas y luego por el paso de Ultima Esperanza pasaron al continente, se instalaron a fines del siglo XIX y comienzos del XX en la zona aledaña al Chaltén.
El primer poblador de la región fue Fred Otten , siguiéndole luego las familias Ramstrom , la Flia. Halvorsen, Rojo de España, Madsen de Dinamarca, MartÃn Bjerg, Alberto Wittwer, Jean Henriksen, José Pérez Rubio , Wittwe y Mac Leod , todos portadores de un sueño de progreso común desempeñándose en diversas tareas como la crÃa de ganado ovino.
Hoy recuerdan su epopeya, las calles de El Chaltén que llevan con orgullo los nombres de estos pioneros, para quienes el arraigo en la región fue duro, hasta a veces violento, ya que debieron enfrentar distintas adversidades como el idioma, la falta de dinero y la lucha constante con las grandes sociedades anónimas
Fuente:
www.santacruz.gov.ar
Cerro Chalten ó Fitz Roy? (3774 msnm)
Su nombre:
En 1834 el bergantÃn "Beagle" transporta una expedición inglesa que tenÃa por objeto investigar las tierras patagónicas. Esta es comandada por Robert Fitz Roy quien junto a Charles Darwin (que realizaba un viaje destinado a avalar su teorÃa de la evolución de las especies), se interna con tres pequeños botes y 18 marineros en el rÃo Santa Cruz. Su objetivo era llegar al actual lago Argentino, pero deben regresar después de 300 kilómetros, punto en el cual logran observar la montaña que luego llevarÃa su nombre.
El explorador español Don Antonio Viedma, luego de fundar el puerto de San Julián, parte en 1872 a una misión donde se le habÃa encargado el reconocimiento de las vÃas fluviales de la Patagonia.. Guiado por los indios Tehuelches remonta el curso del rÃo Chalia pasando por un lugar que estos llamaban Quesanexes (Piedra Clavada). Llega al gran lago que ahora lleva su nombre y se dirige hacia el noroeste, donde divisa la montaña. Viedma lo relata asÃ: "En el fondo de la ensenada hay dos piedras con forma de torres, una más alta que la otra, cuyas puntas muy agudas sobrepasan en altura a todas sus vecinas y los indios les llaman Chaltén ", que en su lengua quiere decir montaña que humea (volcán), debido a las grandes nubes que lo rodean. Viedma hace referencia a una segunda montaña que pudo haber sido el Cerro Torre o la Aguja Poincenot.
Al perito Francisco Moreno se le encarga en 1877 la tarea de determinar los lÃmites entre Argentina y Chile. Acompañaba a Moreno el subteniente Carlos Moyano. Ambos remontan el rÃo Santa Cruz en una pequeña lancha y el 14 de febrero llegan a un gran lago al que bautizan con el nombre de Lago Argentino. Recorren la margen norte y con caballos llegan el 2 de febrero al lago Viedma. Luego se internan en el valle del RÃo de las Vueltas en donde quedan asombrados por la imagen dominante del cerro Chaltén. En este viaje Moreno rebautiza al Chaltén con el nombre de Volcán Fitz Roy en honor al gran almirante ingles, esto lo hace debido a que los indios Tehuelches también aplicaban este nombre a otras montañas. En 1884 Carlos Moyano luego de observar minuciosamente al Chaltén llega a la conclusión de que este no es un volcán, esto lo confirmarÃa en 1902 el geólogo Rodolfo Hautal.
PRIMERAS INCURSIONES
La primer escalada en la zona data de 1916, cuando una expedición de la Sociedad CientÃfica Alemana llega a la zona. Participaban en ella Lutz Witte, Frit Kuhn y Alfredo Kolliker. Con la idea de llegar hasta el PacÃfico, se internan en el valle del rÃo Túnel, atraviesan el 'Paso del Viento' y llegan al Hielo Continental. En esta expedición escalan el cerro Huemul el 23 de febrero.
El padre misionero Alberto MarÃa de Agostini, autor del libro Andes Patagónicos, fue uno de los grandes exploradores de los Andes Australes. Incursionó en la zona en varias oportunidades. Exploró el oeste del Lago Viedma, las cuencas hÃdricas del cerro Fitz Roy y realizó la primera ascensión a uno de los cerros más altos de la Patagonia, el San Lorenzo (3706m). En 1932 organizó una pequeña expedición junto con guÃas italianos, la cual en febrero, escalarÃa el Cerro Eléctrico.
Una expedición liderada por el Conde Aldo Bonacossa parte de Italia en 1937. Titta Gilberti, Leo Dubosc y Ettore Castiglioni, se dirigen por la vertiente este hacia la pared sur. Escalan un gran canalón y llegan hasta el caracterÃstico neve de la pared sureste llamado Silla de los Franceses, donde deben regresar debido a las grandes dificultades que ofrecÃa la vertical pared sur. Este gran canalón es conocido hoy en dÃa como Brecha de Los Italianos y es el primer obstáculo a superar para acceder a las vÃas más clásicas del cerro. Se conoce a este como el primer intento de escalar el cerro Fitz Roy.
PRIMERA ASCENSIÓN DEL CERRO FITZ ROY
La primera ascensión fue realizada por una fuerte y organizada expedición francesa. Los detalles de esta los podemos encontrar en una de las grandes obras literarias de montaña "Asalto al Fitz Roy" de Louis Depasse 1953.
En 1951 la expedición toma forma y se realizan grandes preparativos. Por un lado en Francia, un grupo de amantes de la escalada libre y asiduos visitantes de Fontainebleau comienzan a organizarse. El equipo se conforma por Jacques Poincenot, Guido Magnone, Marc Azema, Rene Ferlet, Louis Lliboutry, Louis Depasse, George Strouve y Lionel Terray "La locomotora de los Alpes".
Por otro lado, en Argentina, el ingeniero francés Louis Depasse fue el encargado de realizar todos los trámites pertinentes y de conseguir la información y el apoyo necesario. Al grupo se unirÃa un enamorado del Aconcagua, el teniente Francisco Ibañez, cumpliendo la tarea de oficial de enlace.
En diciembre llega al puerto de Buenos Aires el resto de la expedición. Mantienen una amistosa reunión con el presidente de Argentina, el General Perón que les brinda todo su apoyo. Arriban a Santa Cruz y comienzan el último tramo hacia el Fitz Roy. Una vez en la zona se alojan en la estancia del pionero Andreas Madsen. Durante este viaje, Jacques Poincenot pierde la vida al cruzar el rÃo Fitz Roy. En este suceso la historia escrita difiere de la que se transmite de boca en boca, que cuenta que Poincenot, encantado de una bella estanciera, habrÃa caÃdo en las manos de un furioso esposo. Sus compañeros bautizan con su nombre a la aguja que está a la izquierda del cerro Fitz Roy.
Luego de acampar en la estancia de Madsen, con la ayuda de sus caballos, llevan una gran cantidad de materiales e instalan el campamento base en "RÃo Blanco". Posteriormente comienzan la ardua tarea de hacer los transportes y armar los campamentos de altura. Instalan tres, el primero en el Paso Superior, el segundo en la base de la brecha y el tercero en La Silla. Durante la primer noche en el Paso Superior un temporal les destruye la carpa, dando cuenta del soberbio poder del viento patagónico. Con este acontecimiento notan la conveniencia de construir cuevas en el hielo. Mientras Azema y Terray construyen un iglú en La Silla, el viento se va haciendo notar. Para cuando terminan el trabajo, éste se comporta como un lÃquido que corre a toda velocidad y que al chocar contra la montaña produce truenos ensordecedores. Era tan fuerte que las cuerdas flotaban horizontalmente por lo que debieron lastrarlas con piedras para poder rapelar.
Finalmente el 22 de enero Terray y Magnone atacan por primera vez la pared. Con clavos y cuñas de madera (que todavÃa se pueden observar) escalan el primer largo, que corre por una difÃcil y vertical fisura. El fuerte viento los amedrenta y vuelven desilusionados, Terray dirÃa "Solo hemos escalado 25 metros en una pared de 700..".
Después de varios dÃas de descanso y de reponer energÃas, el 30 de enero se organiza la primer salida general con destino a la Silla. El amanecer allà se presentó con viento y nubes, recién a las 10 de la mañana el sol apareció tÃmidamente entre la niebla. Terray y Magnone aprovechan el dÃa y escalan 120 metros que dejarÃan fijados para su próximo intento.
El primero de febrero comienza el ataque final. El alba es clara, una vez más arman y rearman sus mochilas tratando de lograr el menor peso posible. Parten a las 7hs. En cuatro horas suben los 120 metros que ya habÃan preparado. Luego la pared les opone todo tipo de obstáculos: grandes rocas sueltas, fisuras con hielo, techos, diedros, canaletas impracticables, etc. Pero poco a poco, merced a todo el esfuerzo y la valentÃa, logran avanzar tanto en artificial como en libre. Ascienden por rampas diagonales tratando siempre de buscar la menor dificultad. Por la tarde, llegan a una repisa situada a la derecha de un pequeño nevé de forma irregular denominado La Araña, en recuerdo a uno semejante en la pared norte del Eiger, en esta repisa pasarÃan la noche.
A continuación del vivac, se ponen nuevamente en acción, trepando por las lajas en dirección a La Araña y al filo sudeste. Repentinamente, el clima cambia, se aproximan las nubes y las dificultades no ceden, el cansancio se hace notar, y surge el miedo de quedar atrapados en la tormenta. Ante este panorama, Terray da por concluÃdo el ascenso. Pero Magnone, más joven y audaz, presiente que la cumbre está cerca y que deben continuar. Luego de discutir, Terray le propone escalar dos horas más. Magnone debe aprovechar esta oportunidad o el Fitz se les irá de las manos. Escala metros y metros sin poner seguro alguno, atraviesa los obstáculos dando todo de sà mismo. Terray debe esforzarse para seguirle el ritmo, por lo que queda admirado y lo compara con su gran compañero Louis Lachenal "..Es digno de un Lachenal de los grandes dÃas.." .
Una a una las dificultades van siendo superadas, y la cordada avanza en forma lenta pero contÃnua. Pronto se topan con una gran laja que es surcada por una larga fisura, la cual inevitablemente deberá ser franqueada para poder lograr la cumbre. Guido, el especialista de la escalada artificial, toma la delantera. Realiza varios intentos, observa su cinturón y se da cuenta de la falta de clavos, se lo comunica a Terray quien recuerda un as de corazón que utilizó para abrir una lata de sardinas durante el vivac. Guido prueba y por arte de magia el clavo está hecho a la medida. Después de este crucial momento, sobrepasan un pequeño resalte que los deposita en el filo terminal.
Entusiasmados suben velozmente los últimos 250 metros y a las 16:40hs se dan un gran abrazo en la cumbre, el Fitz Roy ha sido vencido. Luego dejan un mosquetón Cassin en un hueco eólico, preciado trofeo para los próximos escaladores, y en medio del temporal comienza el veloz pero metódico descenso.
Terray en su autobiografÃa "Los conquistadores de lo inservible" dirÃa: "...Una gran ascensión es más que la suma de sus largos...". La lejanÃa del Fitz Roy, la imposibilidad de recibir ayuda, el mal clima, la nieve y los fuertes e incesantes vientos, harÃan que esta ascensión fuera la que más lo exigio tanto fÃsica como mentalmente.
Fuente:http://www.patagoniamountain.com.ar