Parque de atracciones Monte Taesong, Pyongyang, Korea del Norte
Los centros de atracciones creados en distintos lugares de la capital de Corea, Pyongyang, redoblan la felicidad, el romanticismo y la alegría de sus habitantes y niños. En todos estos lugares están imbuidos los desvelos y abnegación del Dirigente Kim Jong Il.
En octubre del 66 (1977) de la Era Juche, éste realizó un recorrido por el Parque de Atracciones del monte Taesong recién construido. El centro edificado magníficamente con frondosos bosques del monte en su fondo se parecía a un bello cuadro. El General contempló un buen rato su panorama y se mostró muy satisfecho, diciendo: "Es realmente maravilloso el parque de recreación. Éste les gustará a los trabajadores y niños."
Luego, se interesó por los métodos de manejo de los aparatos y el estado de seguridad, ora montándolos en persona, ora mandando ponerlos en funcionamiento uno tras otro. Tras probar una instalación de diversión cuya velocidad de vuelta era rápida, aconsejó con amabilidad moderar el ritmo y tiempo de giro en bien de los viejos y niños. Ya pasó bastante tiempo y empezó a oscurecerse. Los acompañantes impacientes por tanta demora, le dijeron que sería bueno examinar sólo algunos de los aparatos de recreación.
Entonces, Kim Jong Il expresó: "¡Con qué sosiego podemos dejar a nuestros niños montar las instalaciones de diversión, sin recorrerlas ni una vez! Vamos a verlas todas aunque se tarde un poco".
Y trató a subir al automóvil de inercia, que causa gran marea al tomar de día, por su alta velocidad y fuerte declive y curva de la trayectoria. Teniéndolo en cuenta, los funcionarios le pidieron dejar de tomarlo. Sin embargo, él tomó asiento en el carrito, diciendo que no le importaba, porque eran todos los aparatos de diversión que se utilizaría por el pueblo. Apeándose de él, el General señaló con cariño: "Tal vez los abuelos que vienen en compañía de sus nietos puedan estar incrédulos de la seguridad de este carrito que va y viene en lo alto del cielo y decirles ´No, por poco cae´. Pero, si conocen que ya hemos probado, les dirán ´Anda, sube pronto´."
Este episodio demuestra la sublime concepción del pueblo del Dirigente Kim Jong Il, que adornó cada paso y cada instante de sus visitas de trabajo con el amor al pueblo, y con ello, la larga trayectoria de su gran abnegación.
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