Clavijo y Santiago Matamoros.
Hay símbolos que sirven para cambiar la historia; hay lugares olvidados, que guardan secretos que divagan por los siglos. En Clavijo, en el siglo IX, tuvo lugar una batalla que cambió el signo de la historia española. Allí se creó un mito, el de Santiago Matamoros. Sobre él se construyó toda una operación de Reconquista que habría de terminar seis siglos después; fue el principio del fin del poder musulmán sobre la Península.
Aunque se han encontrado restos de armamento en la localidad actual de Clavijo, la autentica “batalla de Clavijo” fue librada por Ordoño I contra el Banu Qasi Muza en el Monte Laturce.
Aunque evidentemente Santiago no peleara en esa batalla a favor de los cristianos, la leyenda y fe de Santiago Matamoros se construyó para convertir la pugna con los musulmanes en un acto de liberación.
Según explica la leyenda, el rey Ramiro I se lanzó al ataque y comprobó cómo la diferencia de número hacía que los musulmanes fueran dominando la batalla. Sin embargo en medio de la feróz lucha apareció el apostol subido a un caballo blanco, blandiendo una espada y causando miles de víctimas sobre los sarracenos.
Desde el punto de vista propagandístico, los cristianos ya tienen una razón inevitable por la que luchar: es un designio divino. Desde el punto de vista económico, se convirtió pronto en un impuesto de agradecimiento que cobraban los reyes. Este privilegio fue suprimido por las Cortes de Cádiz en 1812.