El castillo aragones de Isquia ha sido refugio para los ciudadanos de la isla durante siglos. Quizás el único lugar seguro ante los ataques de corsarios y piratas.
En 1422 Juan II dejó la isla a la hija adoptiva de su hermano Alfonso V de Aragón, pero cuando él cayó en desgracia, ella la reconquistó con la ayuda de Génova en 1424. En 1438 Alfonso recuperó el castillo, expulsando a los hombres y proclamándola colonia aragonesa, y casándose sus hombres con las viudas e hijas de los expulsados. Se distinguió al construir un puente para unir el castillo con el resto de la isla y esculpió en el exterior una larga galería, y ambos aún pueden ser vistos actualmente.
En 1442 dejó la isla a una de sus favoritas, Lucrecia d'Alagno, quien confió el gobierno a su cuñado Giovanni Torella. Tras la muerte de Alfonso en 1458, ellos devolvieron la isla al bando angevino.
Isquia (en italiano Ischia) es la isla más grande del archipiélago napolitano.
Isla volcánica del mar Tirreno, domina una de las entradas del golfo de Nápoles, lo que le da una situación estratégica.
Hoy es un importante centro turístico y tiene una población de 60.335 habitantes.