En abril último quedó inaugurada la gigantesca central hidroeléctrica en Huichon de la provincia de Jagang de la RPDC. Esta base energética hace grandes aportes a solucionar satisfactoriamente el suministro eléctrico de la capital Pyongyang, desarrollar la economía nacional y mejorar la vida poblacional. Según las fórmulas establecidas, para terminar esa obra se necesitaban más de 10 años, sin embargo se concluyó en solo 3 años. Esto fue un milagro en la construcción de centrales hidroeléctricas. Lo construyeron precisamente los miembros del EPC.
En abril de 2009 ellos iniciaron la obra. Durante 3 años desde entonces pasaron los días de pruebas. Estaban crueles las condiciones naturales y climáticas del Norte y faltaban todas las cosas, sobre todo los materiales y medios de transporte. No obstante, los constructores no se titubearon ni un momento. Estaban dispuestos a materializar a vida o muerte el ardiente llamamiento dado en su visita a la obra por el General Kim Jong Il a construir a toda costa dentro de tres años la Central Hidroeléctrica de Huichon. Con la indoblegable fuerza espiritual, solucionaron por cuenta propia todos los que les faltaban. Liberados de la teoría existente, los militares inventaron y aplicaron de modo constante nuevos métodos de ejecución bien conscientes de que para terminar la obra del dique era necesario hacerla sobre una nueva base científica.
Los encargados del dique de Huichon crearon la velocidad de obra sin precedentes al introducir el nuevo método de vaciado de hormigón y el otro racional de acarreo de mezclas. Hacer de un tirón todos los trabajos era el temperamento de ellos.
También los encargados de la obra del dique de Ryongrim efectuaron de manera tridimensional el hormigoneado.
No satisfechos con haber sobrecumplido el plan diario, trabajaban a conciencia en el turno continuo y comían en el mismo lugar de trabajo para conseguir el tiempo. Hicieron a tiempo el arreglo y reparación de los medios rodantes y prestaron una gran atención a asegurar la calidad. Hubo tiempos difíciles, pero, trabajaron siempre con optimismo, con la seguridad de que al producirse mucha cantidad de electricidad en la Central Hidroeléctrica de Huichon, más abundante sería la vida material del pueblo y más próspera, la patria. Así fue como, la inyección de hormigón del gigantesco dique se concluyó en dos años.
Además, los militares abrieron el túnel en solo 6 meses perforándolo aun en medio de que continuaba el derrumbe, y con tal ímpetu, terminaron con éxito la obra de su ampliación y revestimiento. Y cumplieron de un tirón las tareas enormes y difíciles como la construcción de la sala de generadores. Gracias al indoblegable espíritu y méritos heroicos de los militares, la Central Hidroeléctrica de Huichon se levantó como obra monumental de la época. También en el futuro, los miembros del EPC construirán obras monumentales con el espíritu de materialización incondicional y con el temperamento de un tirón.
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